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En el albor de un breve encuentro con la
casualidad tu recuerdo seduce a mi memoria
un momento, tomados de la mano caminan una
vez mas por ese mismo museo repleto de momentos
tan sublimes que parecen tan reeales, sòlo
que no todos ocurrieron, algunos son futuros
inciertos juntos.
Quizà los ànimos esten un poco mas frios que
ayer, quizà el diablo se filtro como la humedad
y regalo nuevos fetishes para entretener al
cuerpo y alejarlo de tentaciones mentales,
alejar los dedos del telèfono, aparta la
esperanza del corazòn y poner al alcance algo
mas `vanal, algo menos espiritual, una boca
mas atrevida, un cuerpo mas velòz, quièn sabe,
aquien le importa.

Seguramente hay duendes jugando alrededor que se
divierten atando las cintas de la esencia y la hacen
tropezar, atrazan los relojes, adelantan sentimientos,
acarician la entrepierna buscando despertar sensaciones,
esperando hacer una diabòlico pacto con un extraño,
a duras penas y te recuerdo, a duras penas y te olvido,
como perderse en cada centimetro cuadrado de una cama,
en cada pulgada de una espalda con la piel erizada
de sentir un frìo ocasionado por el intenso calor.

insolados y de rodillas ante una bestia infernal que
se oculta tras una epifania, tras una alborada,
tras una erupciòn que evòca una vez màs ese pesar,
ese sentir, una oraciòn perversa y mal intencionada.